El Presidente Alberto Fernández puso en duda la precisión de las cifras de pobreza en Argentina, sugiriendo que si realmente el 40% de la población fuera pobre, el país estaría en una situación de crisis extrema. Esta declaración se produce en un contexto donde el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) reportó una tasa de pobreza del 40,1% para el primer semestre de 2023.
Fernández argumentó que la Encuesta Permanente de Hogares, utilizada para medir la pobreza, podría no reflejar la realidad completa, ya que las personas podrían ocultar ingresos por temor a perder beneficios sociales. Además, destacó que, a pesar de la alta tasa de pobreza reportada, Argentina ha experimentado 37 meses consecutivos de creación de empleo registrado.
Sin embargo, el Observatorio de la deuda social argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) respondió a estas declaraciones. Agustín Salvia, director del observatorio, señaló que sin los planes sociales, la tasa de pobreza en Argentina superaría el 50%. Salvia explicó que, aunque hay más personas trabajando, la calidad de los empleos ha disminuido y los salarios han sido severamente afectados por la inflación.
Salvia también destacó que el número de trabajadores pobres se ha duplicado desde el inicio del mandato de Fernández. Aproximadamente el 45% de la población vive en hogares que reciben programas sociales, y casi el 40% de los hogares depende de algún tipo de asistencia social. Esto, según Salvia, mantiene la tasa de pobreza por debajo del 50%, pero oculta un deterioro más profundo en las condiciones de vida y en el desarrollo humano de la sociedad.
El director del observatorio concluyó que, dada la situación del mercado laboral y la alta inflación, la tasa actual de pobreza es sorprendentemente baja en comparación con las condiciones económicas del país.