Investigadores de tres universidades internacionales han realizado un ensayo con células madre en pacientes con esclerosis múltiple progresiva, obteniendo resultados esperanzadores para frenar su avance. Este estudio, llevado a cabo por la Universidad de Cambridge, la Universidad de Milán Bicocca y el Hospital Casa Sollievo della Sofferenza en Italia, representa un gran paso hacia el desarrollo de un tratamiento de terapia celular para esta enfermedad.
Actualmente, más de 2 millones de personas padecen esclerosis múltiple progresiva. Aunque existen tratamientos que reducen la severidad y frecuencia de los brotes, el 65% de los pacientes evoluciona a una fase secundaria dentro de los 25 años de diagnóstico, donde la discapacidad se agrava significativamente.
La esclerosis múltiple progresiva es una enfermedad en la que el sistema inmunitario ataca y daña la mielina del cerebro, interrumpiendo la transmisión de mensajes en el cerebro y la médula espinal. Las células inmunitarias involucradas, conocidas como macrófagos, afectan un tipo específico de macrófago llamado “célula microglial”, presente en todo el cerebro y la médula espinal, causando inflamación crónica y daño a las células nerviosas.
Los investigadores han estado explorando terapias con células madre para tratar esta enfermedad. Estudios previos en ratones demostraron que las células de la piel reprogramadas en células madre cerebrales y trasplantadas al sistema nervioso central pueden reducir la inflamación y ayudar a reparar los daños causados por la esclerosis múltiple.
En un estudio reciente publicado en Cell Stem Cell, el equipo de las tres universidades completó un ensayo clínico en humanos en fase inicial, inyectando células madre neurales en el cerebro de 15 pacientes con esclerosis múltiple secundaria. Durante 12 meses de seguimiento, no se reportaron muertes ni eventos adversos graves. Los pacientes, que presentaban altos niveles de discapacidad al inicio del ensayo, no mostraron síntomas de recaída ni empeoramiento de la función cognitiva.
Los resultados indican una estabilidad sustancial de la enfermedad sin signos de progresión. Además, el análisis del metabolismo cerebral después del tratamiento mostró cambios en los ácidos grasos, sugiriendo la eficacia del tratamiento y una correlación entre mayores dosis de células madre y mayores niveles de ácidos grasos.
Stefano Pluchino, codirector del estudio e investigador en la Universidad de Cambridge, señaló que los resultados son alentadores y sugieren la posibilidad de avanzar a la siguiente fase de ensayos clínicos.