Una niña de 12 años, Poppy Burns, experimentó una reacción alérgica severa después de usar un jacuzzi, lo que resultó en un dolor insoportable y paralizante. Su madre, Georgina Burns, de 47 años, llevó a Poppy al hospital de inmediato, pero los médicos inicialmente no reconocieron la gravedad de su condición, a pesar de sus gritos de dolor.
Dos años antes, Poppy había desarrollado una infección en la piel de su pie después de estar en un jacuzzi. A pesar de la intensidad del dolor, que era desproporcionado para cualquier lesión visible, el diagnóstico correcto tardó en llegar. Finalmente, se le diagnosticó síndrome de dolor regional complejo (SDRC), una de las afecciones más dolorosas conocidas, que generalmente afecta a una sola extremidad y hace que la piel sea extremadamente sensible al tacto.
Georgina describió el dolor de su hija como extremadamente severo, comparándolo con “pequeñas personas apuñalando su pie”. Con el tiempo, Poppy ya no pudo apoyar los pies en el suelo y tuvo que empezar a usar una silla de ruedas para evitar el contacto con el suelo.
En septiembre de 2023, madre e hija viajaron desde el Reino Unido a Italia para probar una terapia no disponible en su país. Inicialmente, el tratamiento pareció exitoso, eliminando el dolor de Poppy y limpiando su piel. Sin embargo, una semana después, el dolor regresó, aunque la sensibilidad de la piel disminuyó significativamente.
Poppy rara vez puede asistir a la escuela debido a su condición, que afecta a aproximadamente 16.000 británicos. Su madre ahora se dedica a aumentar la conciencia sobre el SDRC, con la esperanza de que una mayor atención conduzca a más investigación y, eventualmente, a un tratamiento efectivo.
