En Argentina, la carne es un alimento esencial, especialmente en la tradición del asado, un ritual social muy arraigado. A pesar de la severa crisis económica, los argentinos se esfuerzan por mantener esta costumbre, aunque se vuelve cada vez más difícil.
Tras las elecciones, se registraron incrementos en los precios de los combustibles, productos de panadería y carne, que aumentó un 13%. Este incremento afecta significativamente a los ciudadanos, quienes ahora deben gastar más para adquirir carne, convirtiéndose en un lujo para muchos que apenas logran llegar a fin de mes.
¿Qué implica económicamente hacer un asado?
Para organizar un asado, hay que considerar varios elementos además de la carne, cuyo precio ha aumentado. Bebidas, leña, pan y ensaladas son parte de los costos. El precio de la carne varía según el corte; por ejemplo, el kilo de vacío cuesta $5.655 y una tira de costilla, $4.349.
Las achuras son un complemento importante. El precio del chorizo es de $3.939 por cuatro unidades, la misma cantidad de morcillas cuesta $3.169, mientras que las mollejas y los chinchulines están alrededor de $3.700 y $1.200 respectivamente.
Para las ensaladas, el costo de una ensalada rusa es de $2.497, considerando los precios de papas, zanahorias y mayonesa. Una ensalada de tomate y lechuga cuesta alrededor de $1.618.
Las bebidas varían según las preferencias, pero las gaseosas y el vino son comunes. Un refresco de 2,5 litros cuesta $2.383, y el precio del vino varía según la calidad, con un promedio de $2.256 por botella.
Finalmente, el pan y la leña tienen un costo de $1.100 y $900 respectivamente.
En resumen, para un asado familiar de cuatro personas, se requiere una suma considerable. Considerando los precios mencionados, el costo total asciende a $34.072, una cifra elevada para muchos argentinos que luchan por llegar a fin de mes.
