El Gobierno argentino está en conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener un préstamo de aproximadamente US$ 20.000 millones, en el marco de un acuerdo de Facilidades Extendidas. Al mismo tiempo, busca que el Congreso apruebe el decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) antes de que finalice marzo, una medida clave para garantizar la seguridad jurídica del acuerdo.
Negociaciones en curso con el FMI
Desde la Casa Rosada, aseguran que los lineamientos del acuerdo aún no están definidos, ya que deben ser revisados por las autoridades del FMI. Además, el Ejecutivo reconoce que no hay certeza de que el organismo apruebe el monto solicitado, por lo que mantiene bajo reserva la cifra exacta en negociación.
Estrategia del Gobierno para aprobar el DNU en el Congreso
El oficialismo sostiene que no avanzará en la firma del acuerdo sin la aprobación del DNU 179/2025 en la Cámara de Diputados. Para lograrlo, ha intensificado negociaciones con distintos bloques legislativos, incluyendo el PRO, MID, parte de la UCR, Innovación Federal, Independencia y un sector de Encuentro Federal.
Los encargados de liderar las conversaciones son el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. En paralelo, el Gobierno busca obtener esta semana un dictamen favorable en la comisión bicameral de Trámite Legislativo, liderada por el senador de La Libertad Avanza, Juan Carlos Pagotto.
Detalles del acuerdo con el FMI y medidas económicas
El Gobierno descarta una devaluación en el marco del acuerdo y enfatiza que continuará con el ajuste del gasto público, con un fuerte recorte en la estructura del Estado.
Los fondos obtenidos a través del préstamo del FMI se destinarán principalmente a cancelar las Letras Intransferibles del Banco Central y a cumplir con compromisos asumidos en el programa de 2022.
Según el DNU, el préstamo tendrá un plazo de amortización de 10 años y un período de gracia de cuatro años y seis meses. Sin embargo, el Ejecutivo todavía no ha definido la secuencia de desembolsos, lo que deja abierta la posibilidad de ajustes en el esquema financiero del acuerdo.
Este nuevo entendimiento con el FMI forma parte de la estrategia del Gobierno para reducir el déficit fiscal, fortalecer las reservas del Banco Central y estabilizar la economía argentina, en un contexto de inflación persistente y restricciones en el acceso al crédito internacional.