Desde el lunes se ha implementado el programa de reintegro del 21% llamado “Compre sin IVA”, que estará en funcionamiento hasta el 31 de diciembre del año en curso. Según estimaciones de consultoras, esto representará un incremento de alrededor del 7,2% en un salario medio.
La consultora Sarandí, liderada por el economista Sergio Chouza, indica que esta acción tiene un efecto progresivo en la economía y simplifica el proceso de identificar a los beneficiarios y realizar los pagos correspondientes. Se espera que este programa cause un aumento en el gasto de más del 0,6% del PBI, considerando un universo potencial de 21,7 millones de personas que hagan compras hasta el máximo de devolución establecido en $18.800 por mes.
Este reintegro podría mejorar un salario medio en un 7,2% y se observa como una ventaja la formalización de diversas transacciones comerciales. Se cree que esto podría conducir a un cambio en el uso de efectivo a favor de pagos con tarjeta de débito y motivar a más comercios a promover el uso de terminales de punto de venta (posnet) para atraer a compradores interesados en el reintegro.
La iniciativa “Compre sin IVA” permite el reintegro total del IVA en productos esenciales. Los beneficiarios incluyen a trabajadores con ingresos de hasta seis Salarios Mínimos, Vitales y Móviles, aquellos que reciben pensiones y jubilaciones con un tope de seis salarios mínimos, y las pensiones no contributivas nacionales. Los trabajadores pueden acceder al beneficio si tienen ingresos menores a $708.000 y los jubilados si ganan menos de $524.758,56.
El reintegro del IVA se efectuará en tiendas que estén asociadas al programa. Además, tienen derecho a este beneficio el personal doméstico, monotributistas de todas las categorías, y quienes poseen la Tarjeta Alimentar o tarjetas del Programa Potenciar Trabajo. No obstante, quedan fuera del programa aquellos que pagan el Impuesto a los Bienes Personales, a menos que solo paguen por la posesión de una vivienda única, y los trabajadores independientes.
