El sorprendente apoyo electoral a Javier Milei en el balotaje se encuentra en el descontento de las clases más desfavorecidas con el gobierno de Alberto Fernández. A pesar de estar rodeado de dirigentes sociales y administrar programas como Potenciar Trabajo y la urbanización de barrios populares, Milei logró captar el voto de los más pobres.
Fernández ha invertido miles de millones en los sectores vulnerables, pero tras cuatro años de mandato, estos sectores están más atrasados que cuando asumió. A pesar de la campaña del miedo, que advertía sobre la reducción de programas sociales y represión a piquetes, beneficiarios de planes como Potenciar Trabajo y la Asignación Universal por Hijo votaron por Milei.
Una mujer que marchaba frente al ministerio de Desarrollo Social con sus hijos expresó su desesperación: “Qué más me van a quitar si no tengo nada”. La tercerización de los programas sociales a través de movimientos como el Evita ha profundizado la división entre los pobres.
Un estudio de Somos Barrios de Pie reveló que en zonas populares, uno de cada cuatro niños dejó de recibir alguna comida diaria. Los movimientos sociales, esenciales durante la pandemia, no recibieron la atención adecuada, y la situación de las familias en barriadas donde impera la desigualdad y la falta de empleo formal se ha agravado.
A pesar de la Tarjeta Alimentar y otros programas sociales, no se han mitigado las carencias básicas de estas familias. Los piqueteros han reclamado trabajo digno en lugar de seguir dependiendo de planes sociales.
Los principales dirigentes sociales y funcionarios se preguntan qué hicieron mal. En 2021, cuando Milei fue electo diputado nacional y en las PASO fue el candidato único más votado, también lo fue en varias villas y asentamientos importantes de Buenos Aires y en distritos del Conurbano bonaerense.
Milei ganó la presidencia también con el voto de los más pobres, lo que no significa que estos mismos votantes no salgan a protestar contra él en el futuro.
