Un reciente avance tecnológico ha llevado a la NASA un paso más cerca de la posibilidad de habitar Marte. A través del rover Perseverance, la agencia espacial ha logrado convertir el dióxido de carbono presente en la atmósfera marciana en oxígeno respirable. Este logro se llevó a cabo mediante un dispositivo especial denominado Mars Oxygen In-Situ Resource Utilization Experiment (MOXIE).
El rover Perseverance, durante su misión en Marte, ha sido capaz de producir oxígeno suficiente para sostener a un humano durante tres horas. En total, se generaron 122 gramos de oxígeno en episodios periódicos a lo largo de dos años. Es importante destacar que el 95% de la atmósfera de Marte está compuesta por dióxido de carbono (CO2), y fue de este compuesto de donde se extrajeron los átomos de oxígeno.
Trudy Kortes, directora de demostraciones tecnológicas de la Dirección de Misiones de Tecnología Espacial (STMD) de la NASA, expresó su orgullo por el apoyo a la tecnología MOXIE, que tiene el potencial de convertir recursos locales en productos útiles para futuras misiones de exploración. Pamela Melroy, administradora adjunta de la NASA, también destacó la importancia de este avance, señalando que demuestra la viabilidad de extraer oxígeno de la atmósfera marciana, lo cual podría ser esencial para futuras misiones tripuladas o para propulsar cohetes.
A pesar de este significativo avance, aún existen desafíos que deben superarse antes de considerar la colonización de Marte. Por ejemplo, la temperatura promedio en el planeta rojo es de -62 grados Celsius, lo que representa un ambiente extremadamente frío para los seres humanos. Además, la baja presión atmosférica hace de Marte un lugar inhóspito. Sin embargo, proyectos de exploración como el del rover Perseverance continúan avanzando, buscando señales de vida antigua y recolectando muestras de rocas para su eventual retorno a la Tierra.
En investigaciones relacionadas, un grupo de astrobiólogos sugiere que encontrar restos de vida en Marte podría ser más desafiante de lo esperado. Esto se debe a que los instrumentos actuales en Marte podrían no ser lo suficientemente sensibles para detectar formas de vida microscópica.