Javier Milei, presidente electo, advierte que Argentina enfrentará una estanflación, una combinación de alta inflación y estancamiento económico, al inicio de su mandato. Milei atribuye la inflación sostenida a las políticas monetarias de los últimos dos años y planea detener la emisión de dinero para controlarla en un plazo de 18 a 24 meses, basándose en la experiencia de la convertibilidad que tardó 20 meses en estabilizarse.
Sin embargo, economistas consultados afirman que Argentina ya está en estanflación. Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central, se espera que 2023 cierre con una inflación del 185% y una caída de la actividad económica del 2%. Santiago Manoukian, de Ecolatina, señala que la economía argentina ha estado en estanflación desde 2011, con una caída del PBI per cápita del 13% y un aumento sostenido de la inflación.
Camilo Tiscornia, de C&T Asesores Económicos, coincide en que Argentina ya experimenta estanflación, con una caída del producto de cerca del 1% y una inflación proyectada del 182% para 2023. Para 2024, Manoukian anticipa una aceleración de la inflación debido a la corrección de precios relativos y al ajuste fiscal del próximo gobierno, afectando negativamente los ingresos reales de los hogares y el consumo privado.
Manoukian sugiere que sería más adecuado hablar de “recflación”, una recesión con inflación, para diferenciarla de la estanflación, que implica más un estancamiento que una recesión. Tiscornia espera más inflación y caída del PBI en la primera parte de 2024 debido al ajuste de tarifas y al tipo de cambio, lo que podría limitarse a la primera mitad del año o extenderse durante todo el año.