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En un movimiento sin precedentes, el Gobierno argentino ha decidido actualizar los haberes jubilatorios en base a la inflación a partir de julio, lo cual representa un cambio fundamental en el esquema de jubilaciones. Desde abril, los jubilados comenzarán a ver un aumento en sus haberes, reflejando una combinación de ajustes por inflación y una compensación adicional del 12,5% por la disminución en el poder adquisitivo sufrida en meses anteriores. Este cambio, enmarcado en el Decreto 274/2024, apunta a una reforma significativa en la estructura de pagos a los jubilados.

El ajuste inflacionario que se aplicará a los haberes jubilatorios desde abril se basará en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de febrero, que fue del 13,2%. A esto se le añade un 12,5% adicional para compensar las pérdidas recientes. Esta medida eleva la jubilación mínima de $137.216 a $172.463, lo que, sumado al bono de $70.000, escalará la cifra a aproximadamente 242.000 pesos.

Además, se ha aclarado que el bono de $70.000 seguirá vigente, asegurando que los beneficiarios de haberes mínimos lo recibirán en su totalidad. Esta decisión se formalizará pronto a través de un nuevo decreto. Con estas medidas, se espera una recomposición total del 62% en el período considerado, si se toma en cuenta también el aumento del 27,2% previamente otorgado.

El asesor económico del Ministerio, Martín Vauthier, indicó que si el aumento acumulado para junio es menor al previsto por la fórmula actual, se realizará una compensación. Esta precaución busca evitar vulnerar los derechos adquiridos de los jubilados y posibles acciones legales contra el Estado.

Los cálculos realizados por el economista Fernando Marull sugieren que la jubilación mínima experimentará un aumento considerable en los próximos meses, alcanzando cifras significativas en junio. Además, se establece que los haberes no disminuirán bajo ningún concepto, conforme al nuevo decreto.

Finalmente, el Gobierno justificó estas medidas como una respuesta a la crisis que enfrentan los jubilados, buscando asegurar un estándar de vida adecuado y evitar una mayor pérdida de poder adquisitivo. Con estos cambios, se espera un escenario futuro complejo y desafiante para el sistema de jubilaciones argentino.