En una ceremonia marcada por la presencia de mandatarios internacionales, legisladores y funcionarios, Javier Milei asumió la presidencia de Argentina. El expresidente Alberto Fernández realizó el traspaso de los atributos de mando. Entre los asistentes, se destacaron los padres de Milei y otras personalidades, y se escucharon repetidas veces exclamaciones de “Libertad”.
Durante su discurso, el nuevo Presidente realizó un análisis crítico de la situación económica heredada, prometiendo esfuerzos significativos para evitar una catástrofe económica. En un momento simbólico, Milei y Victoria Villarruel firmaron los libros del Congreso de la Nación, dejando mensajes característicos de su campaña, en presencia de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Milei dejó su firma con la frase “Viva la libertad carajo”, mientras que Villarruel escribió “Todo por Argentina”.
Milei, conocido por su carrera televisiva y su estilo confrontativo, asume la presidencia tras una campaña electoral con altibajos y una rápida ascensión política. Con una ideología anarcocapitalista en teoría, pero minarquista en la práctica, Milei rechaza la existencia del Estado y atribuye la inflación y los problemas económicos a la intervención gubernamental y la emisión monetaria.
Prometiendo un ajuste fiscal severo, Milei planea reducir el gasto público, disminuir el tamaño del gabinete a solo ocho ministerios y eliminar el Banco Central, una meta que considera esencial y no negociable. A pesar de su enfoque poco convencional, Milei logró convencer a una amplia mayoría de que sus políticas son necesarias para la recuperación económica de Argentina.
Milei, quien no se considera un político tradicional y lideró una campaña basada en redes sociales y encuentros callejeros, logró un récord de votos en el balotaje, convirtiéndose en el presidente libertario más votado desde el retorno de la democracia en Argentina y el primero en el mundo.
Influenciado por Jesús Huerta de Soto, un economista y académico español, Milei recibió felicitaciones por su victoria electoral, considerada un hito histórico para la libertad. Su ceremonia de asunción incluyó elementos no tradicionales, como dar su discurso en las escalinatas del Congreso frente al público, en lugar de hacerlo ante el Congreso reunido.
