La Cámara de Diputados dio media sanción este miércoles a un proyecto que refuerza y garantiza el financiamiento de las universidades nacionales, en una sesión que incluyó también la emergencia en pediatría y propuestas para coparticipar impuestos y repartir automáticamente los Aportes del Tesoro Nacional.
La iniciativa fue aprobada con 158 votos afirmativos, 75 rechazos y 5 abstenciones. Hubo 18 ausentes, por lo que no se alcanzó la mayoría especial de dos tercios por un solo voto. El apoyo mayoritario provino de Unión por la Patria, Democracia para Siempre, Encuentro Federal, Coalición Cívica, el Frente de Izquierda y la UCR.
El proyecto, impulsado por el radicalismo disidente de Democracia para Siempre y los rectores del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), propone la actualización automática por inflación de los gastos de funcionamiento de las casas de estudios, hospitales universitarios y partidas de investigación. Además, ordena la convocatoria a paritarias en un plazo de tres meses para recomponer salarios docentes y no docentes, y aumenta las becas universitarias.
Desde el oficialismo, La Libertad Avanza rechazó el proyecto argumentando que el costo fiscal pone en riesgo el superávit, clave para el plan económico. El presidente Javier Milei ya había vetado una ley similar el año pasado.
La diputada Danya Tavela (Democracia para Siempre) declaró: “El primer responsable de que estemos discutiendo este tema es el Gobierno Nacional que por segundo año consecutivo no cumple con su obligación de traer la Ley de Presupuesto para que sea debatida, discutida y aprobada en este recinto. Llevamos dos años de un atraso histórico en el sistema universitario. Ni siquiera en los oscuros años 90 cuando el por entonces presidente Carlos Menem intentaba privatizar y arancelar el sistema universitario. La segunda responsabilidad es también del Poder Ejecutivo Nacional porque tiene que garantizar la educación en todos sus niveles, es una manda Constitucional y, por supuesto, no lo cumple”.
En la misma línea, Gabriela Brouwer de Koning (UCR) señaló: “El orden fiscal, que apoyamos desde un comienzo y de manera coherente y responsable, no debe ser un fin en sí mismo, sino que es un medio. En la era del conocimiento, la educación se convierte en un valor estratégico fundamental. Si queremos que Argentina crezca tenemos que tener un estado inteligente, que priorice la educación, la ciencia y la tecnología. Cuidar el sistema universitario es una decisión política en función del desarrollo. La Universidad pública no es un gasto ni un privilegio, es una inversión, es donde se están formando los profesionales que necesitamos”.
Oscar Agost Carreño (Encuentro Federal) agregó: “Invertir en la universidad no va a contramano de la responsabilidad fiscal, pensar lo contrario es una miopía estratégica. Si caemos en esa dicotomía rápida de las redes sociales, en elegir entre invertir en el futuro o hipotecarlo, estamos ante un problema. Lo que estamos discutiendo son las prioridades de inversión estratégica del país”.
Por el lado oficialista, Santiago Santurio (La Libertad Avanza) expresó: “Quieren romper el superávit y a los que más lastiman es a los más vulnerables. Dicen que hablan con el corazón, se hacen los que lloran pero están pensando sólo con el bolsillo. Porque en los últimos 20 años la única movilidad ascendente fue dentro del kirchnerismo porque todos los demás nos fundieron”.
La libertaria Nadia Márquez afirmó: “No vamos a tirar por la borda todo el esfuerzo que estamos haciendo los argentinos para no tener déficit y no generar inflación. Respuestas mágicas no las hay y no vamos a prometer nada mágico, pero sí seguiremos trabajando para que Argentina tenga educación pública de calidad”.
Entre los hechos destacados de la votación se encuentra el apoyo al proyecto de los tres diputados tucumanos del bloque Independencia, alineados con el gobernador Osvaldo Jaldo, mientras que los radicales cercanos al gobernador Alfredo Cornejo se ausentaron. Los diputados de Innovación Federal votaron a favor pese a no estar presentes en el quórum inicial.
En el PRO, se destacó la ausencia de Silvia Lospennato. Hubo tres abstenciones: Germana Figueroa Casas, Karina Bahcey y Ana Clara Romero; y tres votos positivos de los larretistas Héctor Baldassi, Álvaro González y Sofía Bambrilla.
El Gobierno buscó evitar el quórum dialogando con gobernadores, pero no logró dejar a la oposición en minoría. El quórum se alcanzó con 131 presentes, mayoría de Unión por la Patria, radicales disidentes, el bloque de Miguel Pichetto, Encuentro Federal, Coalición Cívica y Frente de Izquierda. También participaron la libertaria disidente Lourdes Arrieta y representantes de Unidos y cercanos a gobernadores como Claudio Vidal.
Se registraron ausencias influenciadas por varios gobernadores, como el jujeño Carlos Sadir, el santacruceño Jorge “Loma” Ávila y el entrerriano Rogelio Frigerio. El gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, tomó distancia del Gobierno y aportó al quórum. Los diputados de Innovación Federal y los tucumanos de Independencia no participaron al inicio de la sesión, pese a la postura previa de sus gobernadores.
